Y en la calamidad de mis días me fortalezco.
Me percato de mí.
Camino inhalando lágrimas (oh tears), exhalando superación. Madurez.
Qué basura!
Y decidí conservar sólo aquellas sonrisas y rayos de sol,
pies en el pasto, perros saltando, helados, calor,
fideos con caldito.
Pero no esas inolvidables noches... olor a luna.
Porque si las recuerdo: las deseo.
Deseo que jamás hayan terminado...
Y terminaron, viste.
Terminaron.
Muy bueno.
ResponderEliminar¡Brindo por las noches con olor a luna y que vivan en nuestro recuerdo!