martes, 17 de mayo de 2011

Astro disfrazado de miedo.

Me adentraba al vacío,

el silencio comenzaba a revelarse.

Un lobo me llamó: aullando.

Y salí, nomás.

Era la noche, disfrazada. Se doraba en mutación.

Su ofrenda y mi desesperado rostro.

"Yo vengo a ofrecerte esperanza", susurró el lobo disfrazado de.

"Está bien", le respondí yo, astro disfrazado de miedo.

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